Blogia
Sahumerios y arrebatos

Al PSOE ¿siempre le quedará la SER?.

Al ya clásico conjunto de dudas existenciales esas del donde venimos, a donde vamos y quien fue mi padre se ha añadido otra que afecta al subconjunto progre socialista de izquierdas solidario multicultural y antifascista de la ciudadanía española, y la duda se las trae, es de esas que quitan el sueño al mas pintado de rojo y dejan estupefacto al mismísimo  fundador del PSOE. Ha sido el eximio y gran bocazas extremeño, Rodríguez Ibarra, quien la ha planteado en toda su crudeza ¿siempre le quedará al PSOE la SER?, no me dirán que, inmersos en la batahola inmisericorde de la Guerra interprogres, la duda no es moco de pavo concienciado.

Las palabras textuales del experto extremeño en salidas de pata de banco, esta vez dirigidas al líder rojo Zapatero, son: "Jugar con el partido, deteriorar el partido cuando las cosas vienen bien dadas, o jugar con la SER o su empresa, cuando las cosas vienen dadas solamente son experimentos con Casera que seguramente algún día pagaremos carísimo, porque algún día dejaremos el gobierno, ojalá que sea muy tarde, y siempre nos quedará el partido y la Cadena SER"., y las dejó caer, así como quien quiere decir que con las cosas del dios laico Polanco no se juega.

La SER y el partido, el partido y la SER son los dos valores en que se cimienta la progresía y es de irresponsables ponerse a jugar con los cimientos, porque ¿qué es el partido sin la SER?, solo un barco sin brújula que le marque el rumbo, pero y ¿qué es la SER sin el partido?, una empresa de tres al cuarto sin derecho de pernada y lo más importante sin derecho al diezmo laico. Téngase en cuenta que cuando el extremeño histórico habla de la SER se refiere al holding mediático que creó el dios laico Polanco para mayor honra y gloria de sus cuentas corrientes y dedicado al cultivo de una progresía de alta calidad.

Estarán conmigo que nada más tierno, enternecedor y conmovedor, nada que altere más las esencias que el ver ante nosotros la plasmación de un gran amor, uno de esos amores que ya no quedan, el ver al partido y a la SER, predestinados por el destino a ser la una para el otro, en una discusión de alcoba  mientras Ibarra, haciendo de ángel del señor dios Polanco, les recuerda que no son nada el uno sin la otra, pues eso que verles zaherirse le parte el alma al más solidario de los solidarios.

0 comentarios