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Sahumerios y arrebatos

Gracias al estatut por fin me casaré con Paquita, mi cabra

Solo una perla. Está aprobado en el nuevo Estatuto catalán, articulo 40, apartado 7

7. Los poderes públicos deben promover la igualdad de las distintas uniones estables de pareja, teniendo en cuenta sus características, con independencia de la orientación sexual de sus miembros. La ley debe regular dichas uniones y otras formas de convivencia y sus efectos

Léanlo bien, porque gracias a ese párrafo podré por fin casarme con mi Paquita, cumplo todos los requisitos, es una preciosa cabra a la que amo y formo una unión estable de pareja, por lo que con independencia de nuestra mutua orientación sexual, y siendo otra forma de convivencia,  deberán legislar la igualdad matrimonial de Paquita y yo con Zerolo  su chico. Zapatero, mi felicidad es tanta que no se como agradecerte este gran momento.  Ven,  hasta tiene cosas buenas el famoso estatut.

Sé que tendremos que ir a Cataluña a vivir, nos empadronaremos, nos casaremos y viviremos gracias a las subvenciones de la Generalitat para la preservación de la fauna autóctona y de lo que saquemos de ir a los programas rosa de la tele.

1 comentario

Darane -

En este aspecto discrepo de ti. Es una de las pocas cosas sensatas del Estatut y te cuento mis motivos:

Cuando la famosa Ley de matrimonios gays (para resumir), yo me cabreé muchísimo porque esa ley era absurda e insuficiente. Absurda porque regula una situación concreta, con escándalo público, división de opiniones y una consecuencias que no tardaron en producirse, la desaparición de los padres para dar paso a los progenitores. Entre otras.

Hay hijos que conviven con uno de sus padres, dedican su vida a cuidarles y forman una pareja de hecho, durante años. Hay personas heterosexuales que por las circunstancias de la vida, primero alquilan un piso, luego compran, las relaciones les han ido saliendo mal y por la fuerza de las circunstancias, llegan a constituir una «sociedad de gananciales», una pareja de hecho, aunque sus preferencias serían haber tenido otra pareja. ¡Dura vida!

Podemos imaginar mil situaciones con independencia de las uniones homosexuales.

Hubiera sido mucho más lógico proteger a todo tipo de parejas de hecho, permitir que la convivencia, estable, prolongada en el tiempo, permita incluir al otro en tu cartilla de la Seguridad Social, que cobre su pensión de viudedad y todos los demás beneficios.

Éstas son las razones por las que no veo mal que se elimine el tema de las inclinaciones sexuales y se proteja esa convivencia que, a fin de cuentas, genera una «sociedad de gananciales» atípica, a lo largo de una vida.

Darane