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Sahumerios y arrebatos

Los acojonadores climáticos acojonan peor cada vez.

Los acojonadores climáticos que sostienen que la Tierra se va a achicharrar en cien años si no les damos nuestra pasta por billones ven que se les acaba el chollo porque todo se basa en las predicciones de los modelos climáticos que se plasmaron en los informes del IPCC y han tenido la mala suerte de que en los casi 20 años que llevan esas predicciones no han atinado en nada. Ellos predijeron que a fecha de hoy la temperatura media habría subido ya mucho pero resulta que no ha subido nada estos últimos diez años. Mala suerte trincones.

Pero es mucho el dinero que hay en juego y por eso siguen intentando acojonar al personal, pero cada día lo tienen más complicado y lo hacen peor, tanto que basta que uno se detenga a leer sus apocalípticos artículos para partirse el culo de risa. Hoy pasa eso con un artículo con ínfulas (PL) acojonadoras en El País. Saben que el personal se licúa con ciertos animales, perros, gatos, osos panda, osos polares y caballos. Pues bien hoy nos dicen que por culpa del calentamiento climático del cambio global los caballos van a volverse enanos, del tamaño de un gato. Y si eso no acojona a la gente ya nada lo hará.



Comienzan el acojone con una foto y un titular en portada, véanlo. Cualquiera que solo vea y lea eso saca en conclusión que el caballo de la derecha acabará teniendo el tamaño del de la izquierda y eso por culpa del calentamiento, pues eso mismo ya pasó anteriormente, hace 55 millones de años.

Pero como estos acojonadores de pacotilla últimamente la pifian siempre, también lo hacen esta vez, porque si uno lee el artículo “Los caballos primitivos encogieron por el calor” descubre con una carcajada que hace 55 millones de años los caballos de entonces no menguaron del tamaño de un caballo actual al tamaño de un gato. Como saben que la mayoría de la gente solo lee el primer párrafo dicen:

A más calor, menor tamaño corporal y con temperaturas más bajas, mayor corpulencia. Los primitivos caballos, hace unos 55 millones de años, siguieron al dedillo esta regla en su evolución y adaptación a las condiciones del entorno, hasta el punto de que el Sifrhippus, el antecesor del caballo más antiguo que se conoce en el registro fósil, llegó a tener el tamaño de un gato doméstico (y menos de cuatro kilo de peso) al encoger durante una fase de calentamiento pronunciado del planeta. Luego, cuando bajó de nuevo la temperatura, se hizo más grande.

La foto del caballo grandote y del chiquitín da a entender a cualquiera que lea eso que por el calor el caballo de hace 55 millones de años era como este y se redujo a uno de menos de cuatro kilos, vaya faena y que luego se hizo más grande. Uno interpreta que en cuanto dejó de hacer calor volvió al tamaño actual, o sea que el calor es muy perverso. Pero las cosas no son como nos las quieren enseñar a primera vista.

Si uno sigue leyendo, descubre que aquel antiguo caballo, por nombre Sifrhippus, pesaba la friolera de menos de seis kilos y con el calor bajo a unos cuatro. Tanto esfuerzo de acojonamiento para esto.

No contentos con eso, al final nos sueltan que su descubrimiento es importante para comprender la respuesta de los mamíferos al futuro calentamiento global, que dan por hecho aunque sea una gran mentira demostrada.

El resumen es, si seguimos emitiendo CO2 del malo nos quedaremos sin caballos. Pero la temperatura media de la Tierra sigue sin subir y lo único cierto es que esas predicciones han fallado todas ellas hasta ahora, y sin embargo aquí seguimos tirando a la basura miles de millones de euros para nada, antes con ZP y ahora con Rajoy.

Para que vean cómo se las gastan, esos científicos que tocan a rebato al decir que han descubierto que el calor hace menguar el tamaño de los animales y con el frío aumenta, deberían leerse el libro de Darwin, El origen de las especies, donde aquel gran hombre decía que la selección natural hace menguar el tamaño de los animales y que el frío lo incrementa, y eso lo dijo hace más de siglo y medio. La martingala queda clara, vamos que El País nos anuncia el descubrimiento de la rueda. Aunque sería divertido que explicasen el tamaño de los caballos siberianos y mongoles, pero esa es otra historia.

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