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Sahumerios y arrebatos

La grandiosa y magistral inocentada de ZP.

Llevo escribiendo sobre Zapatero, sus hechos y dichos hace casi siete años y juro que hasta hoy no había logrado descubrir el intríngulis del busilis que es el fundamento del meollo de sus motivaciones. Hoy por fin lo he logrado y quiero transmitir urbi et orbe este fantástico descubrimiento. Todo se resume en que Zapatero nos ha querido gastar una grandiosa y magistral inocentada para mañana, 28 de diciembre y para eso ha necesitado siete años de preparación.

Aunque lo que voy a narrar parezca que no viene a cuento lean y sigan los cálculos porque es la clave de todo.

1.- La distancia media de la Tierra a la Luna es de 384.400 Km.

2.- Una moneda de 1 euro tiene 25,75 milímetros de diámetro.

3.- La deuda que nos deja Zapatero es de una envergadura tal que durante el próximo año 2012 deberemos pagar la friolera de treinta mil millones de euros en intereses.

4.- 30.000 millones de euros puestos en monedas de euro uno a continuación de otro formando una fila nos daría una longitud de 772.500 km de monedas de euro.

5.- Y eso es exactamente el doble de la distancia media de la Tierra a la Luna, quiere eso decir que la bromita o inocentada de ZP ha consistido en generar una deuda tal cuyos intereses convertidos en monedas de euro pudiese decirse que daban para ir a la Luna y volver, pero ojo que la cifra es exacta para eso y solo sobrarían unos euros para unos cafés.

6.- La última moneda de peseta emitida tenía un diámetro de 14 milímetros

7.- Los 30.000 millones de euros de intereses equivalen a la astronómica cifra de casi cinco billones de pesetas (4.991.580.000.000).

8.- Si ponemos en fila esos casi cinco billones de pesetas en monedas de peseta, nos originarían una fila de 69.882.120 de km, exactamente lo necesario para ir a la Luna y volver, nada más y nada menos que 90 veces.

Queda pues demostrado fehacientemente que ZP es un lunático que se las quiere dar de guasón y que nos ha querido gastar una inocentada, las matemáticas no mienten. ¡Maldita la gracia de la broma!

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