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Sahumerios y arrebatos

Recortes sí, primero lo inútil.

Hay que estar muy ciego como para no saber que estamos en una situación de pura bancarrota, ZP, su gobierno y resto de organismos públicos han gastado lo que no teníamos y ahora casi ni podemos pagar los intereses de nuestra deuda. Es claro que además de pedir responsabilidades a quienes nos han llevado a esta hecatombe, algo debemos hacer y ese algo solo son recortes en nuestros gastos.

En cualquier familia en una tesitura similar, se plantean los recortes y a nadie se le ocurre recortar en azúcar, pan, leche y resto de alimentos básicos, se comienza por dejar de salir a cenar fuera, se deja de comprar ternera y se compra pollo, no se va al cine y se apaña la familia con las pelis de la tele. El país debería hacer algo equivalente, recortes si, por supuesto, pero comenzando por lo inútil, lo que es prescindible, pero no creo que vayan por ahí los tiros.

El diario El País, ante el que hoy me quito el sombrero, editorializa al respecto y titula “Austeridad con sentido”. Dice al final

Los ciudadanos entienden bien la necesidad de recortar gastos públicos; pero entienden todavía mejor que la tijera debe respetar prioridades.”

Estoy seguro que la mayoría apoyaríamos un gobierno que hiciese recortes desde la primera hora pero siempre que comenzase por lo inservible, por ejemplo, yo aplaudiría a Rajoy en su política si su primer o segundo decreto ley o ley enviada al Congreso fuese la eliminación de absolutamente todas las televisiones públicas, que en seis meses deberían estar vendidas o cerradas.

Aplaudiría a Rajoy si hiciese lo mismo con todo lo superfluo, pero si comienza congelando, recortando o tonteando con salarios de funcionarios y pensiones o con la sanidad, o con peajes en todas las autovías para ahorrar una cantidad inferior a la que se ahorraría cerrando todas las televisiones, pues le abuchearé.

Si su segunda ley enviada al Congreso es una para luchar de verdad contra la corrupción, que significaría un ahorro de envergadura, le aplaudiré, pero no lo hará, me temo.

Si su tercera o cuarta ley enviada al Congreso es la de eliminar las subvenciones a partidos, sindicatos y rollos macabeos, le aplaudiré, pero creo que no lo hará.

Si se dedica, a efectos mediáticos, a recortar el chocolate del loro de lo superfluo, le abuchearé.

Es fácil conseguir el apoyo de la gente, basta que Rajoy se atreva a tocar a los intocables que se lo llevan por el morro, pero me huelo que no lo hará y haría palmas con las orejas si me equivoco.

Evidentemente lo mismo que digo para los recortes vale para las subidas de impuestos y tasas, antes de hacer eso primero recortar lo inútil, lo contrario seguro nos llevaría a bonitas algaradas.



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