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Sahumerios y arrebatos

El farsante Rubalcaba pasa del habano a la Coca-Cola en lata.

Rubalcaba, el ricachón que tiene decenas y decenas de millones de pesetas, es candidato a presidente del gobierno y está obligado a dar una imagen de pobretón sin llegar a harapiento, y lo hace como puede, diciendo que tiene un coche semicaducado más propio de un tipo de la clase media que casi alcanza el estatus de menesteroso. La imagen la sigue elaborando y hoy, en una entrevista que le hace El País, ya no fuma habanos, como en la que le hicieron en julio pasado, en esta bebe una Coca-Cola en lata.

Para cualquier ricachón como Rubalcaba, aparecer ante millones de votantes como un escuálido y depauperado indigente al que le cuesta llegar a fin de mes, requiere una ingente obra de ingeniería social y mediática, y más estando ahí las hemerotecas.

En una entrevista que le hizo El País el  3 de julio de 2011 y que titularon “Listo para el gran sprint”, decían

En un momento de la charla, previa consulta, el candidato presidencial se enciende un puro de vitola media y, por momentos, sin dejar de alimentar la conversación, entorna placenteramente los ojos, como si se dejara mecer en las aromatizadas volutas del tabaco y la vigorosa pieza sinfónica que se expande por la tenue atmósfera del salón.”

La imagen que daba Rubalcaba en esa entrevista era la de un capitalista ricachón fumando un habano de 12 o 15 euros con cuyas volutas aromatiza la tenue atmósfera del salón. Quedaba claro que había que hacer olvidar a ese Rubalcaba, había que sacar al Rubalcaba farsante mutado en pobretico Rubalcaba.

En la entrevista que hoy le hace El País a su candidato Rubalcaba solo es significativo para mí el que nos insistan que los habanos que cuestan un pastón ya no los fuma el candidato, ahora se pasa toda la entrevista con una Coca-Cola de lata.

La cita se celebró en la sede del partido en la madrileña calle de Ferraz a las siete de la tarde del martes pasado, y se alargó hasta casi las once y media de la noche. Durante todo ese tiempo, Rubalcaba solo bebió Coca-Cola, de una lata que ya estaba abierta cuando llegamos.”

Y aquí ya la cosa cambia, este ya no es el Rubalcaba con mucha pasta, sibarita epicúreo que aromatiza salones con las volutas de sus habanos. Este es un Rubalcaba envuelto en volutas de morigeración (PL) propias de un proletario que se lo curra como obrero mal pagado de la política.

Para mí ese es Rubalcaba, un tipo que vacila de menesteroso enseñando un coche enano y con muchos años, y que se apaña con una Coca-Cola de 55 céntimos durante una entrevista de varias horas. Ya no es el Rubalcaba de los habanos de 15 euros. Para que luego digan que los poderosos no se ven afectados por la crisis.

Alguien debería mirar en el cajón de su mesilla de noche para ver si tiene algún habano de esos que dan en las bodas y que no va a fumar y se lo envía al menesteroso Rubalcaba.

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