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Sahumerios y arrebatos

La visita papal jode y mucho al retroprogrerío.

Los motivos por los que lo de la visita del Papa jode tanto al progresismo con valores rojos, deberán ser estudiados por estudiosos, a los que andamos como peatones por la vida nos da que se debe a que les revienta que lo del Papa junte a un millón de gentes y no pasa nada, pero ellos cuando arrasan y dan la campanada lo hacen con unos miles, diez o quince como mucho, y eso jode y mucho, claro que sí.

Si ellos juntasen medio millón exigirían nombrar un nuevo rey, un presidente de gobierno y hasta a los ujieres de las cortes.

Si uno solo leyese, oyese o viese los medios retroprogres, que son legión, creería que se nos vienen encima, con la visita del Papa, las siete plagas de Egipto cuando no un apocalipsis cataclísmico.

En Público nos dicen que se va a provocar “una semana de caos”, que circular por el centro de Madrid va a ser “misión imposible”, que se va a provocar a los madrileños un “perjuicio notable”, los vecinos “tendrán que sufrir las molestias del dispositivo papal” y por si era poco nos dicen que “Sale mejor ser peregrino que madrileño” y que los ciudadanos “no van a poder asumir tantos cambios”.



Y como les jode y mucho la visita papal, manipulan, y encima destilando muy mala leche. Eso hace El País con las restricciones al tráfico que ocurrirán con motivo de las jornadas de la juventud. Es magnífica la manipulación y empieza, tal y como se ve en la captura de pantalla de su portada digital de ayer tarde, poniendo el grito en el cielo rojo: “El centro de Madrid, cerrado al tráfico seis días por la visita papal”.

Pero todo el centro de Madrid que estaba cerrado al tráfico en la portada, resulta que en el titular del artículo al que enlaza se ha convertido en algo menos traumático ya que tan solo estarán cerradas al tráfico unas calles, “El eje Prado-Recoletos y Gran Vía-Alcalá, seis días cerrado al tráfico por la visita del Papa”.

Bien ya va uno superando el susto acojonador que sintió al leer la portada. Pero lo grandioso es leer el artículo, y ya en él, el cierre del centro de Madrid se convierte en meros cortes intermitentes.

Los cortes intermitentes se producirán sobre todo del 18 al 20 de agosto -días de estancia de Benedicto XVI en la capital-, ya que la apertura de la circulación estará supeditada al paso de la comitiva del Papa desde el pabellón de Estado a la Nunciatura (avenida de Pio XII 46), de ahí a la plaza de Cibeles y de vuelta a la Nunciatura.

A pesar de que cada día que pasa, los chicos huérfanos de Polanco son más burros manipulando, ya que se les ve de lejos el truco, queda claro para ellos que la perversidad de la cosa esa papal no tiene límites.

Y sin embargo, al progrerío rojo de izquierdas con valores al que se le ha atragantado la visita papal y que no hace más que mostrar su rabia impotente cargada de resentimiento fóbico y malquerencia de risa con tirria de medio pelo y ojeriza que origina carcajadas, se le escapan las mejores.

Nadie ha puesto el grito en el cielo por el hecho de que a los peregrinos de la cosa del Papa les pongan retretes portátiles de los mejorcitos y sin embargo cuando se juntan los quinceemeros tengan que mingitar en esquinas sin nombre, portales desahuciados o parterres a trasmano.

Si sus chicos paralizan el centro de Madrid y otras ciudades con sus manifas, si ocupan espacios públicos durante semanas sin más papeles y con la aquiescencia de Rubalcaba, perjudicando a miles de personas, comerciantes y trabajadores, todo eso es asumible y pecata minuta, pero lo del Papa no tiene nombre, es un claro abuso lesivo e inconcebible en un estado laico, aconfesional, ateo y kañero.

Pues a pesar de que soy no creyente y lo de la visita papal no me dice nada, quiero decirles a estos retroprogres quejicas: ¡A joerse toca!, así que joderos.

Nota: yo también he manipulado algo al escribir esto, pero como siempre digo, en la guerra como en la guerra y si tiran piedras yo tiro pedruscos. Peso eso sí, yo suelo decir que manipulo y me divierto haciéndolo.

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