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Sahumerios y arrebatos

Bermúdez sigue de juez de los recados de ZP.

Remedando el dicho que dice que se pilla antes a mentiroso que a un cojo, se podría muy bien decir que se pilla antes a un juez de los recados del gobierno que a un delincuente que se entrega a la policía. Y para nuestra desgracia, jueces de los recados hay muchos, y cada día proliferan más. El cómo consiguen los recaderos tener jueces de los recados es tema para especialistas, aunque cualquiera puede maliciarse las tres principales motivaciones: recompensa, chantaje y peaje ideológico.

Personalmente tengo mi convicción acerca de lo que ha convertido a Bermúdez en juez de los recados de ZP, pero me la callo porque igual se me podría caer el pelo. El momento en que comenzó a ejercer es bien conocido, ocurrió con su giro copernicano durante el juicio del 11M y queda claro que una vez convertido en juez de los recados es casi imposible que deje de serlo, más que nada porque siempre pende sobre él, como espada de ZP, la posible exposición pública de sus servicios.

Que el gobierno, ZP, Rubalcaba, el nuevo ministro del Faisán, digo de Interior, los medios afines al PSOE y demás querían arrebatar al juez Ruz el sumario del Faisán es un hecho que no requiere más pruebas que las de las hemerotecas.

Que el gobierno ya había convertido a la fiscalía en abogacía de la defensa de los imputados es un hecho. Que echaban de menos las malas artes de Garzón para mantener dormido el sumario durante años, es un hecho. Por tanto, si Bermúdez hace lo que todos esos querían hacer con el sumario del Faisán, se puede colegir que Bermúdez le está haciendo un favor a todos ellos.

Pero como suele ocurrir últimamente, son los medios afines, sobre todo El País, quienes demuestran la connivencia manifiesta entre los jueces de los recados y sus recaderos, y como prueba de ello hoy El País nos deja bien clarito este hecho, y lo hace en un artículo titulado “Bermúdez arrebata el Faisán a los magistrados que lo alentaron”. Las pruebas que los cada vez más tontorrones de El País dan sobre la condición de juez de los recados de ZP que arrastra el juez Bermúdez son:

1.- Afirman que hubo soplo policial a ETA, eso ya no lo rebaten.

2.- Afirman que Bermúdez ha “arrebatado” el caso a los jueces que lo alentaron. Y arrebatar es según el diccionario “Quitar o llevar tras sí con violencia y fuerza”, vamos que lo que ha hecho Bermúdez es así, un acto de fuerza.

3.- La clave es esta frase del artículo referente a la decisión arrebatada de Bermúdez, “Su relevancia es alta porque supone apartar a los cinco magistrados que han avalado la investigación de Ruz.” O sea que como los jueces de la Sección Segunda de la Audiencia avalaban a Ruz, había que apartarlos por avalar a Ruz, y no porque el caso fuese complejo, y eso ha hecho el juez de los recados.

4.- Pero claro, cualquiera podría pensar que para que la decisión de Bermúdez suponga hacerle el caldo gordo al gobierno y no a la justicia habría que demostrar que los jueces del Pleno de la Sala Penal de la Audiencia Nacional son más proclives a favorecer las tesis del gobierno que los de la Sección Segunda. Y aquí es donde El País tontorrón nos da el dato que cierra este círculo ignominioso al escribir

Ahora, la decisión no corresponderá solo a ellos. También al resto de magistrados de lo penal (en total 18). Y para muchos de ellos, los indicios de colaboración no están tan claros.”

Y todo esto no para cerrar el sumario que ya no pueden, ya hasta ellos mismos reconocen que hubo chivatazo a ETA, sino por algo peor para la democracia, por algo más abyecto, porque como dicen el El País:

La deliberación, que puede suponer el envío del caso a un juzgado de Irún al no existir ese delito de colaboración -lo que lo desinflaría dejándolo en una mera revelación de secretos”.

Lo infame es decir que bien, que vale, que conforme, que hubo chivatazo policial a ETA, pero que eso es una minucia irrelevante que ni es colaboración con banda armada.  Ese es el trabajito que le toca hacer a Bermúdez como juez de los recados de ZP, convertir el caso Faisán en una fruslería, y en ello anda.

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