Las ratas de El País abandonan el barco ZP.

No me da pena el pitote que los ex suyos le están montando a ZP, tampoco me alegra, porque las ratas siempre serán ratas y tras engordar durante años en el barco que ahora abandonan encima salen echando leches mientras se hacen las escandalizadas, intentando hacernos creer que nunca han dado soporte al personaje que ahora dejan tirado en medio de sus miserias y de las nuestras.

El País, tras muchos años ejerciendo de sostén y de ser valedor de ZP, tras años y años defendiéndole, tras años y años ejerciendo de matón mediático de Zapatero, tras haber sido colaboradores necesarios en el desastre nacional que ha protagonizado ZP, ahora, como las ratas del barco que se hunde, se largan dejando a su protegido a los pies de sus horrores.

La impudicia de El País es inconmensurable, su desvergüenza es mastodóntica,  su nauseabunda espantada es muestra de su descaro, es una indecencia tan bestial que ya ni da risa sino ganas de coger su hemeroteca y hacérsela masticar y deglutir hasta la última hoja.

Ellos, que tienen una responsabilidad verificable en este horror, y que los siglos no les perdonaran, salen ahora como la mismísima Pompadour dando lecciones de virtud, castidad y pureza. Y eso no cuela señores desfachatados y redomados frescales impúdicos de El País, ustedes son también hacedores de esta hecatombe y no pueden irse de rositas solo con decir ahora que ZP es malo y no le conviene ya al país.

Ustedes, señores de El País, han prohijado a ZP y todas sus decisiones, han loado sus inacciones, han alabado sus contraproducentes medidas, han sido, en fin, agentes de esta catástrofe, y no cuela su intento de lavar su imagen enmierdada. Serán por siempre quienes nos han traído el horror, junto con otros.

El País dispara hoy toda su artillería pesada contra Zapatero para que se vaya ya mismo. Comienza el desvergonzado franquista Cebrián, ese que es tan progre que anduvo con Franco de la mano y fue un cargo político en su TVE, pero ya no lo recuerda. Depone una cursilería titulada “Esta insoportable levedad”. Se puede resumir en algo que diría mi abuelo, que este Cebrián, tras estar siete años tocándole los huevos al burro, sale ahora diciendo que es macho, apañado que es el mozo. Dice:

“Pero mientras el país confronta la amenaza de ruina, se desvanece la cohesión territorial y aumentan los conflictos sociales. La pérdida de confianza en la gestión del actual presidente del Gobierno es clamorosa dentro y fuera de España. Es imposible suponer que de una legislatura como la que hemos padecido se derive ya ninguna de las soluciones que los ciudadanos reclaman.”

Todo esto para defender la tesis de que ZP no solo debe convocar ya elecciones porque así le interesa a su protegido, o protector, vaya a saber, Rubalcaba, sino que además quiere que Rubalcaba mande en el partido por lo que demanda un Congreso en el PSOE.

A la andanada del franquista Cebrián, le añaden una editorializada y titulada “Final de ciclo”, en la que abundan en lo mismo y dicen de ZP:

“…su incapacidad en la gestión, los magros resultados de las reformas apenas incoadas, más el lastre y la impotencia de una legislatura agónica auguran un deterioro imparable al que resulta imprescindible poner fin cuanto antes. A este respecto, la fecha sugerida por algunos dirigentes socialistas para celebrar elecciones (finales de noviembre) es del todo tardía. Si de verdad Rodríguez Zapatero quiere rendir un último servicio a su país, debe hacerlo abandonando el poder cuanto antes…”.

El país a El País le importa una higa, eso que hacen y exigen es para proteger a su candidato Alfredo Pe Punto. Estos tardíos posicionamientos y numeritos son eméticos (PL)  y quienes los realizan unos simples caraduras indecentes y desvergonzados que se cuidan de salvar su momio.

Señores de El País, esto que dicen hoy deberían haberlo dicho hace ya 6 años, ahora solo vale para que todos sepan que solo son uno de los grupos de ratas que abandonan, segundos antes de su hundimiento, la nave de ZP. Pero muchos no olvidaremos, son ustedes, señores de PRISA, responsables del horror, de la miseria, del desastre y de lo que aún nos falta por padecer.