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Sahumerios y arrebatos

Las satanizadas bolsas de plástico tienen la culpa de todo.


Las bolsas de plástico son culpables de todo y vale ya, no se hable más. Cierto que no todas las bolsas de plástico, porque ZP y sus grandes hacedores de ruedas de molino y de cortinas de humo, nos han dicho que solo son perversas, aviesas, y asesinas del planeta las bolsas de plástico de los supermercados pero no lo son ni las propias bolsas de basura, ni los plásticos que envuelven miles de productos que sacamos de los supermercados, solo las de las tiendas.

En cuanto desaparezcan las bolsas de plástico asesinas se arreglará todo, la economía será por fin sostenible, el paro desaparecerá, dormiremos a pata suelta, los delfines no tragarán plásticos, la biodegradebilidad volverá a funcionar como debe, la biodiversidad será biodiversa, la Tierra nos lo agradecerá y nuestro futuro será color de rosa.

Dentro de un par de años, nadie osará pasear por la calle con una bolsa de plástico asida de la mano, puesto que será señalado por el dedo acusador de sus vecinos peatones, y será llevado a la picota y con razón al grito de ¡asesino!

Cuando las malignas bolsas de plástico dejen de existir, el calentamiento climático del cambio global se solucionará, no habrá ya más terremotos, los volcanes volverán a pacificarse, no habrá maremotos ni esas cosas porque todo es culpa de las bolsas de plástico.

Y es que está demostrado que una bolsa de plástico dura más de 500 años, año arriba año abajo y no podemos dejar esa herencia a nuestros hijos. Yo hace ya mucho que voy con el carrito de la compra a todas partes, incluso a comprar tabaco, incluso a por pipas, no admito ni una sola bolsa de plástico. Es más, protesto cuando compro gambas congeladas y se empeñan en que me las lleve en la siniestra bolsa de plástico. Insisto en echarlas en un taperguare que me llevo para no salir con bolsas de plástico del súper pero se empecinan en que mate al planeta y no pueda dormir tranquilo.

Zapatero debería obligarles a todos a que no usansen plásticos para absolutamente nada, pero nada de nada, porque así nos obligan a ser asesinos del planeta y yo no quiero ser eso, pero me obligan, y por eso protesto enérgicamente.

La estupidez nos hará libres.

Documentación.

La Gaceta. La prohibición de las bolsas de plástico costará 6.000 empleos al sector


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