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Sahumerios y arrebatos

Análisis anagramático de Alfredo.

Don Rubalcaba, cansado de ejercer de Rubalcaba el avieso, ha decidido que quiere pasar a ser Alfredo el angelical, hombre de progreso poseedor de la fuerza y con el cambio de apelativo intenta borrar su pasado y sobre todo su presente de gran oidor y gran veedor que lo sabe todo de todos y factótum del obsceno ludibrio del encamamiento de ZP con ETA.

En Coña Press hemos puesto a trabajar a nuestro experto anagramista para que nos haga un estudio anagramático (PL) de la palabra Alfredo, y ese análisis es el que trascribimos.

Anagrama completo de Alfredo:

Solo proporciona la palabra faldero, lo que nos indica que el concepto va implícito en el personaje y verificamos que así ha sido, pues durante unos años ha sido el ministro faldero de González y luego de  ZP y ahora ha convertido a ZP en su fantasmón faldero.

Anagramas con  una letra menos:

Ladero, término que en argentina se aplica a una persona que secunda a otra, particularmente a un caudillo político. Es evidente que le viene como anillo al dedo, o le venía, pues ha sido ladero de Felipe González y de ZP y ahora se han vuelto las tornas con el hacedor del cataclismo.

Fardel, dícese de una persona desaliñada. No es que Rubalcaba lo sea pero debería cambiar de look y seguir los pasos de Bono si quiere ganar algo.

Fólder, es la carpeta en que se guardan los legajos o expedientes. Aquí sí que le han dado, el cambio de apelativo preferido nos aclara que siendo el gran mago de SITEL, el chisme maldito que registra todo lo que hablamos por teléfono, posee expedientes de todo y de todos.

Anagramas con dos letras más:

Falseador, es la persona que adultera o corrompe una cosa, como la moneda, la escritura, la doctrina, el pensamiento. Vamos que es la definición de Rubalcaba, perdón, de Alfredo.

Refalsado, que significa falso, engañoso. Otro anillo más para el dedo del malandrín que le viene que ni pintiparado.

El resumen anagramático de Alfredo nos define una persona faldera, que lo fue, y a la que le gusta tener expedientes de todo y de todos, a un falseador refalsado y con eso está dicho todo.

Como colofón recomendarle al excelentísimo señor vicepresidente Don Alfredo que siga llamándose Rubalcaba, pues anagramáticamente es menos significativo, salvo la palabra barbacuá que se hace difícil asociar a su biografía.

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