25 heridos más relevantes que 5.000 muertos.

Es algo ya muy viejo y casi universalmente aceptado que las muertes en los medios de comunicación sean tratadas de una forma ilógica y siguiendo pautas extrañas de las que a veces ni los mismos periodistas están concienciados. Es ya viejo el aforismo que dice que una muerte ocurrida a 10 km de distancia del lugar del medio es mucho más relevante que mil muertes ocurridas a 10.000 km, o que la relevancia de ese tipo de hechos luctuosos es directamente proporcional al número de muertos e inversamente proporcional a la distancia.

Pero lo extraño es cuando la notoriedad mediática depende del modo en que la muerte accidental se ha producido. Aquí en España es algo habitual el hecho de que la muerte de un albañil por caída de un andamio no sea noticia, ni se dé salvo tal vez como una nota perdida en la página 35 del periódico del lugar, pero en cambio, si el albañil muere porque se le ha caído encima el piso de arriba, o sea por aplastamiento, o porque estaba abriendo una zanja y se le han venido encima las paredes de la misma, entonces es noticia nacional y abre los telediarios. Curioso el morbo que tiene el aplastamiento para los periodistas.

Creo que fue ayer o anteayer en El País en su versión digital (siento no haber caído en pillar un pantallazo) cuando vi dos noticias que me recordaron ese tema del tratamiento de la muerte. Daba El País en su portada como tercera noticia la de que en las centrales nucleares de Fukushima habían habido veintitantos heridos y así lo decía en el titular. Luego más abajo y con menos relevancia tipográfica y posicional titulaban que el terremoto y el tsunami había ocasionado cuatro mil y pico muertos.

La distancia desde Madrid al lugar de la catástrofe es la misma para los muertos por el tsunami y para los heridos por lo que ocurre en las centrales nucleares dañadas, no obstante son más importantes mediáticamente los veintitantos heridos de Fukushima que los miles de muertos por el terremoto y el tsunami.

Nos manipulan y nos manipularán como siempre nos han manipulado.