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Sahumerios y arrebatos

ZP asume que su sectarismo nos ha llevado a la catástrofe.

Ayer en el Congreso Zapatero no entonó un mea culpa. Ha intentado, como siempre, escurrir el bulto, jugar al juego del muerto echándoselo a otros, ha querido ponerse una medalla por su valor, entereza, gallardía y bravura sin límites tras acojonarse al ver la que había liado cuando sus homólogos de este lado del Atlántico y del otro le pusieron las peras a cuarto y le montaron un aquelarre de recriminaciones. Pero al querer hacerse el sueco ha dicho algo que, aunque no fuese lo que quería decir, supone en la práctica el reconocimiento de que su sectarismo es lo que nos ha llevado a esta catástrofe.

La autoacusación de sectarismo la recoge El País en un gran titular que pone en práctica su actual táctica de engatusar y soltarle un sopapo a ZP en el mismo artículo. Titulan, en referencia a la debacle actual, “Zapatero: "Sí, cambié de opinión por las circunstancias, no por convicciones"”.

Está reconociendo ZP muchas cosas con esa frase. Asume que para él la realidad no tiene relevancia, lo importante es guiarse por sus convicciones por más perjudiciales que sean y en eso ha sido coherente, ha seguido sus convicciones sin desviarse de ellas ni un milímetro durante años por más que hasta los niños de teta sabían que la crisis requería que ZP cambiase su política de derroche pero no lo hizo porque sus convicciones se lo prohibían y él sigue sus convicciones. Esa forma de actuar tiene un nombre, sectarismo, y ZP reconoce que es un sectario, término definido en el diccionario como “Secuaz, fanático e intransigente, de un partido o de una idea”.

Es de cajón el hecho de que si ahora estamos donde estamos, endeudados hasta las cejas, con dificultades para conseguir financiación para la deuda, ZP podría haber evitado el derroche que ha generado tanto déficit y deuda a tiempo, pero reconoce que no lo hizo por convicciones, reconoce pues que nos ha llevado a este desastre por convicciones, reconoce que nos ha hundido por ser un sectario.

Reconoce que a pesar de haber cambiado de opinión no ha cambiado de opinión en realidad sino que aun priman en él sus convicciones, reconoce que ha hecho lo que ha hecho forzado por las circunstancias, y las circunstancias, a pesar de que él lo niegue, han sido, por un lado la desconfianza que él ha generado en quienes podrían financiar la deuda española, y por otro lado los dirigente de la UE y el de los USA que le han parado los pies, porque si por él hubiese sido habría seguido tirando el dinero por el desagüe de la historia igual de alegremente que hasta ahora. Aunque estoy convencido que a pesar de lo que diga sigue haciéndolo y pruebas tendremos de ello.

Estamos en manos de un sectario que no lo oculta, que Damkina, diosa incólume e inmarcesible de los desesperados, nos eche una mano, porque de otra forma de esta no salimos.

2 comentarios

Sanders -

Amigo casero, el problema viene por que los tontos de los cojones no saben leer.

Si Zapatero dijese mañana en la prensa: "Hay que acabar con ellos" crees tu que los 11 millones de "tontos de los cojones" que le votan, preguntarian: "con quien hay que acabar, y como?"

casero -

Querido Orel: En alguna ocasión he hecho algún comentario a tus hilos, pero no sé por qué, no ha llegado, parece, a publicarse. Ya sabes que, en esto de la informática, no estoy ducho, a veces ni duchado.
bueno, el caso es que voy a intentarlo otra vez, a ver qué pasa. Aprovecho para saludarte y desearos bienestar, felicidad y que zapatero nos dure poco, aunque la remontada traera cola.
Bueno, a lo que voy. Al hilo de lo que comentas, añadiría que es totalmente ridícula esa cantinela, que no sólo ha utilizado Zapatero de decir que, una cosa es lo que hace y otra lo que desearía hacer. Tal aseveración cae dentro de las imbecilidades más estúpidas, una vez más. Es como si yo dijera que desearía comprarme un coche de alta gama, pero como no tengo dinero, no me puedo comprar ni uno de segunda mano, y que esto lo hago por las circunstancias, pero no por convicción. Pues claro que los deseos y la realidad no tienen por qué ir juntos, será idiota el tío. Ya nada más que le falta ir a las próximas elecciones diciendo que el desearía que todos los españoles viviesen de puta madre, pero que, muy en contra de sus deseos, no tiene más remedio que hundirnos en la más absoluta miseria. Pues todavía habría mucho tonto de los cojones que le votaría.
En fin, un abrazo.