ETA me alegra el día con su huelga de hambre-guasa.

Yo soy de los que se alegran cada vez que un etarra se pone en huelga de hambre, algo que por desgracia nunca deja de ser una simple huelga de jamón y langostinos, siempre son huelgas de hambre con truco y guasa. No obstante y solo por si suena la flauta de que alguno lleve la huelga hasta el final, la noticia de que los presos de ETA se han puesto a ayunar de mentirijillas me alegra el día.

Me opongo a la pena de muerte pero nunca me opongo a que un asesino etarra  o quienes le han ayudado quiera irse al otro barrio más delgado, aunque no nos caerá esa breva.

Tras la risible huelga del etarra de Juana Chaos, angelito y hombre de paz según gentes del PSOE, yo sigo a la espera de que por fin alguno de los asesinos consiga el objetivo final de fastidiarnos bien fastidiados dándonos el alegrón de palmarla.

Y mientras Garzón sigue sin cocinar el faisán, y eso que ya la X de tan deliciosa pieza ya está rozando las alturas. Patxi López ya anda diciendo que la tal X no es ZP, lo que a mí me trae a las mientes eso de la excusatio non petita X menifesta.