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Sahumerios y arrebatos

Los cinco millones de parados y los sindicatos parados.

Ignacio Fernández Toxo, secretario general de CCOO ha realizado unas declaraciones sobre la situación económica y del empleo asumiendo, que a pesar de no gustarle hacer profecías, podemos llegar a los cinco millones de parados a no mucho. Uno esperaría que a continuación explicase la envergadura de las medidas de protesta que iba a tomar su sindicato, uno esperaría conocer si iban a convocar este otoño una o tres huelgas generales, uno esperaría conocer las movilizaciones que iban a convocar y de qué tipo iban a ser, y lo que ha dicho es que cuando se llegue a los cinco millones de parados sin clase, el sindicato de clase se quedará parado de brazos cruzados disfrutando del dolce far niente.

La única situación que hallo con algún paralelismo es la de esa avispa que inyecta una droga dura a una oruga que la deja fuera de juego, la mete a un agujero, deja sobre ella un huevo, cierra el agujero y se va, y su larva, cuando sale del huevo, va comiéndose a la oruga, que sigue viva todo el tiempo pues la larva de avispa tiene la habilidad de ir devorando las partes no vitales, de modo que su víctima despensa no la palma hasta que ha sido devorada casi en su totalidad y sin darse cuenta. Zapatero ha inyectado una droga dura a los sindicatos de clase que les ha anestesiado frente a la realidad y sobre ellos ZP  va dejando millones de parados que van devorando su prestigio y su razón de existir y todo ello sin que lo noten o igual sí lo notan pero solo como un leve cosquilleo.

La droga de Zapatero es doble y su efecto es letárgico, por un lado hace como que sigue el enfoque sindical para no salir de la crisis, y por otro les inyecta a los sindicatos millones de euros que les permiten vivir felices y liberados de currar mientras millones van al paro. La prueba de esta realidad es el hecho irrefutable de que si esto hubiese pasado con el Aznar ya le habrían montado 4 huelgas generales, 140 parciales, miles de movilizaciones y tiberios a porrillo. Y es que el Aznar no sabía anestesiar sindicatos como lo hace Zapatero. Aznar también les daba pasta, pero con la mano derecha y eso no anestesia, ZP les inyecta la pasta a los sindicatos de clase, que no están en clase sino haciendo novillos, con la mano izquierda y eso anestesia que te descascarillas.

Si los sindicatos sin clase quieren ver qué pueden hacer, que se pasen estos días por la Iglesia de Nuestra Señora de la O de Sanlúcar de Barrameda, donde un grupo de trabajadores sin trabajo llevan días encerrados en protesta por la situación de paro abrumador.

Para que no se pierdan si se les ocurriese ir, este es el lugar:



Y estos son algunos de los trabajadores encerrados:



¡Ánimo!

Documentación.

El Economista. Toxo: "No me gusta hacer profecías, pero podemos llegar a los cinco millones de parados"

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