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Sahumerios y arrebatos

El desliz de la excelentísima vicepresidenta.

De la Vega ha tenido un desliz, la mujer no pudo controlarse y, pecando de flaqueza humana, hizo lo que no debería haber hecho, una nimiedad intrascendente a la que los exacerbados, patibularios, torvos y aviesos tipos del PP han querido convertir en un pecado de lesa democracia. Los del PP son especialistas en manejar la vara de medir doble de la ley del embudo, para ellos es una fruslería el hecho de que la alcaldesa de Valencia recibiera un bolso de regalo, algo que de todas todas es una sangrante muestra de corrupción política de máxima envergadura y sin embargo hacen una montaña antidemocrática de la menuda pequeñez insignificante, mera minucia por su parvedad, de la vicepresidenta de la Vega que anunció el recurso de la fiscalía contra el archivo del caso Camps antes de que la propia fiscalía hablase de él.

Querer dar a entender que el que la vicepresidenta mejor vestida de la galaxia dé instrucciones, como es su obligación legal, a la fiscalía para que persiga el delito, en este caso del señor Camps, algo a todas luces democráticamente intachable, pues llamar a eso atentado a la democracia es atentar contra la democracia crispando al país con virulentas infamias de esa derecha cargada de corrupciones. Que al loable hecho realizado por la vicepresidenta de buscar y alentar que la justicia condene el delito, en este caso de Camps, intenten calificarlo como persecución política de la oposición por parte del gobierno legal, democrático y votado por muchos millones de españoles, eso tiene un nombre, eso es atentar contra la democracia.

El señor Camps es culpable y no puede irse de rositas, el señor Camps es un político que ha aceptado unos trajes de regalo y eso no puede quedar impune, el señor Camps, a pesar del archivo de la causa contra él en el tribunal de Valencia, es culpable, y si es culpable no es inocente. Que sea del PP es irrelevante, no condiciona la acción de la vicepresidenta de aguijonear el celo de la fiscalía, ya que ella vela por la justicia y habría hecho lo mismo aunque el receptor de trajes de turbia procedencia fuese del Partido Popular.

Debe quedar claro a toda la ciudadanía que no hay nada más loable que el querer darle en la cabeza con un garrote legal al delincuente y si este es del PP, darle en la corrupta cocorota con un garrote talla XXXXL es un gesto que se debería estar celebrando por todo el país además de serlo en El País.

Y ahora, sin coñas, diré que estos del PP se tienen ganadas todas las bofetadas que reciben del PSOE por panolis, por ponerse supercontentos cuando reciben un beso del PSOE en la mejilla izquierda el primer día del trimestre y luego, bobaliconamente, solo saben decir cuando reciben del PSOE las hostias rojas el resto del trimestre en la mejilla derecha, “Seño, seño, este me ha pegado”, y muchas veces ni eso.

Lo que no saben los simplones del PP, es que con los datos que ya figuran en el sumario del caso cerrado, Zapatero, como es su obligación, le va a mandar a Camps a la inspección de Hacienda para verificar si los trajes los ha declarado en lo de la renta como ingresos no provenientes de las rentas del trabajo, y si no lo ha hecho seguro lo empuran por macro mega maxi delito fiscal. Que desde siempre la lucha por la justicia ha sido una de las señas de identidad de la izquierda. Al Al Capone lo condenaron por menos cosa fiscal, no hay que olvidarlo.

Documentación.

El País. El PP desata una ofensiva contra el Gobierno para tapar el ’caso Camps’

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