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Sahumerios y arrebatos

Un retrete vuelve a ser noticia.

En verano dicen que los medios necesitan como el comer jabugo, de noticias refrescantes, que no den mucho que pensar y dado que el bicho del lago Ness ya no da más de sí, estos días tenemos una preocupante noticia de un retrete espacial. El de la Estación Espacial Internacional se ha estropeado y el fontanero no ha podido subir a repararlo, aunque no se tienen noticias de que lo hayan llamado. Para hacer la cosa más preocupante hay 13 astronautas a bordo en estos momentos, y aunque el trasbordador acoplado tiene sus propios excusados, al parecer no los pueden usar porque si los vacían estando pegado a la estación espacial podría llenarla de excrementos, y eso no solo daría mala imagen sino que podría fastidiar mucho instrumental, y la mujer o el hombre de la limpieza no están por la labor de salir allí fuera a quitar porquerías.

Al final se han ido todos al retrete ruso, famoso también porque no hace mucho le fue negado su uso al personal norteamericano por motivos que no vienen a cuento. Dicen los que de esto saben que si no se arregla la toilette antes de seis días aquello se pondría muy chungo y ya podemos imaginar el porqué.

Esta historia de evacuaciones espaciales me recuerda otra que ya he contado por aquí, más chunga y famosa protagonizada por el astronauta Scott Carpenter mientras andaba metido allá por 1962 en una nave Mercury bautizada como Aurora 7. Dicen que estaba este señor en su chisme orbitando la tierra cuando creyendo ver extraterrestres dijo muy excitado por radio a la gente de control de la misión: “Estoy observando unas partículas luminosas que vienen a mi encuentro ¡son muy rápidas! Y parecen tener una luz más brillante que las estrellas… entonces ellos existen!... son ellos!… Decídselo a Glenn, decídselo a Glenn

Hizo varias comunicaciones más al respecto. A su regreso los expertos se anduvieron comiendo el tarro para encontrar una explicación a semejante fenómeno y aunque la explicación no aparece en los anales actuales de rollos de OVNIS, es hilarante en extremo pues resulta que en un momento dado liberaron al espacio la orina producida por Scott, las gotas acompañaron a la capsula en su órbita obedeciendo algo que dijo Newton sobre el movimiento, pero no se vieron hasta que en un lugar de su órbita fueron iluminadas por el sol y montaron el baile de luces extraterrestres, nunca mejor dicho porque el pis extraterrestre tiene esas cosas. Tal vez aquello fue histórico por ser las únicas luces de origen extraterrestre demostrado.

Se sabe lo que pasó con la orina de Carpenter, pero aun así siguen los papanatas ovnibulados contando la historia como ejemplo de contacto con OVNIS.

De momento esperemos que los astronautas de la ISS no tengan que salir fuera para hacer sus necesidades, sería muy chusco.

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