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Sahumerios y arrebatos

El País de los milagros y la Tele 5 de las hecatombes.

Que PRISA está necesitada de un milagro nadie lo duda, y al parecer está entrenándose para conseguir la suficiente fuerza taumatúrgica como para no tener que depender de entidades divinas externas al grupo a la hora de pergeñar prodigios. Ayer El País realizó un milagro portentoso en el Ebro, a su paso por Zaragoza. Hizo subir varios metros el cauce del río en un pis pas, cosa que la súper eficiente ministra de Fomento no habría logrado ni en 5 años con toda la maquinaria pesada a su alcance. Y es que para levantar el lecho del río Ebro unos metros en segundos  hace falta un milagro espectacular y El País lo ha logrado.

Como son, después de todo, periodistas,
han dejado constancia gráfica del milagro con una foto a la que han calzado el pie con este texto: “El cauce del Ebro ha subido a su paso por Zaragoza

Todos los que queremos a ese gran periódico, El País, todos los que nos sentimos identificados con lo que predica esa gran cadena de radio, la SER, y todos los que lloramos cada vez que Iñaki Gabilondo abre un telediario en esa excelsa televisión, la Cuatro, podemos respirar tranquilos. El futuro de PRISA es halagüeño, pues si han sido capaces de elevar el cauce del Ebro, seguro que podrán hacer el milagro de que Telefónica les compre sus teles por satélite por 10.000 millones de euros y deuda cancelada. Yo, como paisólogo aficionado, ya voy a dormir sin sobresaltos.

En este país de las maravillas, la burricie periodística abunda y en Tele 5 no digamos. En su telediario de mediodía del día 29, la tele de la Noria inundó todo el valle del Ebro bajo cientos de metros de agua al informar uno de sus periodistas desde las riberas del río que en ese momento su caudal era de 1500 Hm3/ segundo, que ya son metros.

El pantano de Mequinenza, el de mayor capacidad de la cuenca del Ebro, puede embalsar 1533 Hm3, y el periodista de Tele 5 primero lo llenó y luego lo desembalsó en 1 segundo, lo que ya no sé es de dónde sacó el agua necesaria para mantener ese caudal del que nos hablaba unas horas, pero como lo que dicen va a misa, pues seguro que la sacaría de algún sitio.

Por lo general, a los periodistas se les ha atragantado el sistema métrico decimal, y miren ustedes que es sencillito, pues ni así. Uno pone a un periodista a escribir de física cuántica y nos deja anonadados con su saber hacer. Si se le pone a elucubrar sobre si lo que llevaba la fulanita aquella que se acostó con el tipo aquel eran bragas de cuello alto o tanga mini, no duden que nos maravillará con sus saberes. Pero ahora bien, si el periodista tiene que escribir o hablar sobre unidades medida de tiempo, longitud, peso o volumen (salvo sujetadores) entonces ya sí que no dan pie con bola.  

Se descarrían con los metros, se ofuscan con los billones, se escogorcian con los metros cúbicos, se vuelven tarumbas con lo de que tal cosa tardará años luz, no dan una a derechas con los hectómetros cúbicos, la pifian con los millones de euros y aun así son incapaces de ver el precioso capítulo de Barrio Sésamo sobre el sistema métrico decimal para así aprender lo que la rana Gustavo tan bien explica.

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