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Sahumerios y arrebatos

El País reitera de nuevo que Zapatero mintió

Erase una vez un El País muy muy feliz y ufano por lo bien que marchaba su relación con Zapatero, máximo gobernante del país y con el que andaban encamados haciéndose cucamonas y mutuos regalos. PRISA le llegó a regalar algo que jamás nadie había regalado antes a su parejo ideológico, le regaló a ZP unos lustrosos terroristas suicidas fantasmas y multigallumbados para facilitarle ganar las elecciones, a cambio Zapatero regaló a PRISA muchas cositas, entre otras un canal de televisión en abierto y hasta una ley ad hoc para evitarles a los de Polanco perder postes emisores de la antigua Antena 3 Radio mal usados por la SER.

La situación se deterioró cuando los hijos del dios laico Polanco descubrieron que aquél por el que tanto hacían les estaba poniendo los cuernos con unos extraños visitadores nocturnos que iban por la noche a la Moncloa y con los que ZP se encamaba a sus espaldas. La pesada carga de la cornamenta han intentado llevarla con pundonor, empaque y prestancia, mas todo tiene un límite y el descoco indecoroso del uno y los otros era tal que se vieron obligados a echar mano de su intrépida intrepidez para iniciar, con fines defensivos, la II Guerra Interprogres contra los bastiones de ZP en la Moncloa y los de sus nuevos partenaires de cama mediática Mediapró, Sexta y Público. Extraña guerra esta ya que es la primera guerra sinusoidal de la historia, pues los de PRISA, cuando están en la parte alta de la sinusoide bélica, disparan con todo lo que tienen contra todos poniendo a Zapatero a caer de un burro, pero cuando están en la parte baja de la sinusoide cambian los zurriagazos por requiebros y carantoñas hacia ZP, pero eso sí manteniendo el período de oscilación bélica espasmódico en su irregularidad.

Lo bonito de esta guerra sinusoidal es ver el comportamiento de los chicos de PRISA cuando están en la parte media de la curva beligerante. Ahí lo que emplean son patadas en las espinillas zapateriles endilgándoselas con una zalema y una sonrisa. Esta práctica la dominan los de El País con maestría en sus editoriales anti pro Zapatero. En ellos le levantan el faldón un poco para que veamos parcialmente alguna de las vergüenzas del presidente y en el mismo párrafo cubren esa vergüenza utilizando casi siempre referencias del tipo “pero el PP más y peor”.

Hoy la II Guerra Interprogres anda por una fase templada y El País, en su editorial que titula “Neorrealismo socialista” le suelta a ZP un soplamoco cargado de incienso enjabonado diciendo que, respecto a la economía, mintió pero sin querer queriendo y que mintió mucho pero no demasiado. El bálsamo que utilizan para minimizar los posibles estragos del estacazo es mano de santo y seguro que más efectivo para ZP que el de Fierabrás, pues consiste en un apósito con ungüento de regocijo compungido del PP por el desastre económico.

Ya dijo el famoso Profesor Progrério que la mejor medicina para curar a cualquier progre del daño que le ocasionan las críticas por alguna barrabasada hecha por él es poner el grito en el cielo por el alegrón que manifiestan los del PP ante la mala situación, y que el hecho nimio de que el autor del desaguisado haya sido el progre criticado, es irrelevante.

Veamos como dice El País que Zapatero mintió.

Durante meses, el Gobierno transmitió la impresión de que o no se había enterado, lo que ya sería grave, o que lo fingía: primero, por razones electorales; más tarde, por temor a los efectos de reconocer que no había dicho toda la verdad

Lo incomprensible fue que el Gobierno tardara tanto en admitir, primero, que estábamos sufriendo ya los efectos de esa crisis financiera, y segundo, que aquí se veía agravada por nuestro elevado nivel de endeudamiento privado

Que la oposición no saque rendimientos de la recesión no significa que el Gobierno y el conjunto de las autoridades económicas no tengan que hacer bien su trabajo. Y la veracidad, transparencia y oportuna rendición de cuentas son las precondiciones para ello. Por eso, hay que reconocer la importancia del tardío pero necesario paso de ayer.

Vean con que estilo dicen que Zapatero mintió, exigen como una precondición para arreglar lo de la debacle económica la veracidad, o sea que hasta ahora lo de ZP no era la veracidad sino la mendacidad y vean como dicen que ZP fingía no saber lo de la crisis, pero claro fingir es dar a entender lo que no es cierto, o sea que ZP mintió.

El bálsamo de Fierabrás lo han pepeado y lo aplican en el mismo editorial:

Pero, si hay un rasgo diferencial de la crisis en España, es el comportamiento del principal partido de la oposición. Su crítica rutinaria y superficial, más apoyada en la nostalgia de lo bien que ellos lo hicieron al llegar al poder en 1996 que en el planteamiento de alternativas realistas, transmite una especie de regocijo compungido

Pero no pasa nada, aquí todos tranquilos ya que para algo está el Teorema de Progretágoras que dice que “El cuadrado de la hipotenusa cantidad de mentiras de  Zapatero, Blanco, de la Vega, Rubalcaba y resto de honrados y veraces socialistas es muy mucho más menor y reducida que la suma de los cuadrados de la cantidad de mentiras de los catetos Aznar y Rajoy”. Así pues, el que Zapatero  mienta no importa porque Aznar mintió requetequetequetemuchísimo más con lo de las armas de destrucción masiva de Irak y nos metió en una guerra además de lo del Prestige.

Reconozco que desde que se desató la II Guerra Interprogres disfruto con mi hobby de paisólogo aficionado más que un progre en una mani contra la Guerra de las Galaxias y en apoyo del maltratado y genociciado lado oscuro progresista de la fuerza de progreso.

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