Blogia
Sahumerios y arrebatos

Sistema integral de gestión ambiental, y estulticia burocrática.

Intento ser un buen ciudadano, hago todos los esfuerzos que soy capaz de hacer para conseguirlo, y entre otras cosas creo que soy de los pocos que se leen todo cartel, pasquín, edicto mural y colgaduras similares que dejan por paredes incontables nuestras administraciones públicas y a veces privadas que son muchas y muy dadas a eso de cacarear sus recomendaciones y admoniciones con brillantes colgajos murales. Más que nada porque cuando veo un cartel con mucha letra por ahí colgado pienso que me ha tenido que costar como poco los impuestos indirectos que pagué durante un mes comprando papel higiénico.

Hace un par de días fui al ambulatorio, ahora centro de salud creo, de Sanlúcar, donde actualmente moro. Tenía que esperar más de una hora para que me pusiesen un sello en una receta por ser muy caro el medicamento al parecer. En los entretantos me fui leyendo las propuestas de información que el Servicio Andaluz de Salud (a partir de ahora SAS) había colgado por todas las paredes. Me leí uno que me dejó confuso, turulato, traspuesto y desquiciado neuronalmente.

Versaba sobre lo que pomposamente titulaban “Sistema Integral de Gestión Ambiental Servicio Andaluz de Salud” y me lo leí con la esperanza de descubrir qué papel me tenían reservado a mí en semejante sistema integral para cumplir con él. Mas cuando llegué a este párrafo comencé a trastabillar sinápticamente.

Como instrumento inicial para implementar la ética medioambiental, el Servicio Andaluz de Salud se compromete a implantar, un Sistema Integral de Gestión Ambiental acorde con la misma incorporando procedimientos que permitan mantener la mejora continua de las prácticas, en todos sus centros dependientes.

¿Qué prácticas tenía yo que mejorar?, ni idea, aunque juro que me tranquilicé cuando leí:

El SAS enmarca su Política de Gestión Ambiental en su intención general de protección y respeto del medio ambiente. La Política de Gestión Ambiental proporciona el marco medioambiental en el que deben desarrollar todos los centros del SAS sus actividades

Aunque pensándolo mejor di con una incoherencia, ya que se trata de proteger y respetar el medio ambiente, no de mejorarlo, depurarlo, ni nada. Por tanto deduje que para conservar el medio ambiente y protegerlo tal como estaba lo mejor era dejarlo como estaba para lo que había que seguir haciendo lo que se hacía ya que en caso contrario si hiciésemos o dejásemos de hacer las cosas que hacemos y como las hacemos cambiaríamos el medio ambiente y eso sería malo. O sea que me hice mi cosa un lío aunque me quedó claro que el medio ambiente en los centros sanitarios había sido irrespetuosamente desprotegido al cambiarlo y convertir un medio ambiente con humos en uno sin humos. Aunque igual aquello no era medio ambiente sino un tercio de ambiente nada más y por eso ahora lo han alterado sustancialmente no dejando fumar.

Termino con lo que a mí me afecta:

El SAS potenciará entre sus trabajadores, proveedores y usuarios la concienciación y sensibilización medioambiental

Bueno al final me enteré qué tengo que hacer yo como integrante de ese súper plan, dejarme concienciar y sensibilizar medioambientalmente. Tras concienciarme que debía dejarme concienciar acudí a la mesa de información para pedir que me concienciasen y sensibilizasen medioambientalmente, la funcionaria me miró, se mosqueó y me preguntó si quería cita con el médico que para otra cosa no estaba allí. Salí de allí compungido sin haber sido concienciado y menos sensibilizado, pero juro que cada vez que vaya intentaré cumplir con mi papel.

El día que encuentre a mi sensibilizador o sensibilizadora y a la vez concienciadora medioambiental pienso comunicarlo. En ello ando.

Nota sobre la estupidez burocrática estulta: Al ser yo enfermo crónico he tenido la gran suerte de ser agraciado ya de por vida con el derecho a consumir gratuitamente una gran cantidad de medicamentos, vulgo pastillaje. Para poder obtener en la farmacia uno de ellos, el más caro creo, previamente hay que ir a un sitio para que pongan un sello una fecha y una firma en la receta, hasta ahí nada que objetar. Da la casualidad que la parte no estulta de la burocracia ha puesto en marcha una brillantísima idea para los pastilleros crónicos como yo, una tarjeta inteligente con chip dorado incluido en la que el médico pone qué medicamentos y con qué periodicidad debemos sacarlos de la farmacia y ya no tenemos que andar  ambulatorieando cada 4 semanas, sino que se va con la chisma esa electrónica a la farmacia y te dan las cosas directamente. Genial y felicidades.

Pero el hecho es que cuando llegué con mi receta, pues aun no tengo el cachirulo ese de plástico con chip, a la funcionaria le pregunté si también tenía que venir a que me sellasen la tarjeta, cuando la tuviese, para sacar esa medicina, me dijo que no, que si el médico la ponía en la tarjeta 21 ya no hacía falta.

Así que tenemos un hecho propio del siglo XXI con otro propio del siglo XIX, si el doctor X me firma una receta en papel para el Plavix debo hacer cola el tiempo que haga falta para que me la vise, selle y autorice un funcionario dedicado a sellar, visar y autorizar recetas, entre otras cosas, pero si el mismo doctor X desde su ordenador mete en mi tarjeta supermoderna con chip la receta electrónica del Plavix ya no tengo que hacer cola ni nadie tiene que sellar, visar ni autorizar la decisión médica.

Solo son cosas de la burocracia estulta que cree que lo que el médico hace con un ordenador es más fiable que lo que hace con un boli.

0 comentarios