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Sahumerios y arrebatos

El País emula a Mesalina dando lecciones de moral y continencia sexual.

Que una suripanta de alto standing se escandalice por los devaneos sexuales de tal o cual y les suelte una reprimenda moral, toda ella muy puesta en su papel de casta y pura, es como para echarse a reír un lunes y no parar hasta el siglo siguiente. Esta es la especialidad de El País, la de reprobar con ínfulas de santo diario a quienes critican a un juez, siendo ellos los expertos en masacrar civilmente jueces a porrillo. Se escandalizan de que al pobre juez del Olmo le hayan leído hasta las faltas de ortografía y se las hayan sacado a la luz como un ejemplo de persecución cuando, utilizando la vieja técnica progre roja socialista del y tú más, son estos chicos de El País quienes deberían cuidarse muy mucho de tirar ninguna primera ni segunda ni quinta piedra porque se han cargado ya muchos jueces que no les bailaban el agua a ellos, a su dios Polanco, a sus jefes del ala política González o Zapatero.

Estos mozos rojos con diario fueron a por el juez del caso Filesa Marino Barbero y se lo cargaron porque investigaba las corrupciones de sus chicos del PSOE de Felipe, y las técnicas que usaron ahí están, en las hemerotecas. Estos muchachos de izquierda progresistas con periódico se cepillaron al juez Gómez de Liaño porque osó intentar iniciar los preliminares de una instrucción contra su dios Polanco y terminaron echándolo de la carrera judicial, sin dejar nunca de llamar a su pareja barragana. Estos probos hombres defensores de los jueces que les hacen el caldo gordo lanzaron no hace mucho toda su artillería demoníaca contra una juez, por nombre Gemma Gallego que osó llevarle la contraria a la niña de sus ojos judicial, la niña de los ojos de Prisa, el juez Garzón y por ello sufrió un feroz lapidamiento mediático al llevar a juicio a los auténticos autores del caso del ácido bórico y soltar a los inocentes policías que lo denunciaron y que Garzón, tan servil él, había enchironado.

Hay muchos más casos, pero de momento va bien. Hoy El País publica un artículo sobre el juez del 11M del Olmo que titula con halago “La misión del juez tranquilo”. En este himno laudatorio a mayor gloria de del Olmo lanza un único mensaje. Este juez es un juez magnífico, estupendo, un profesional como la copa de un piano que ha luchado tres años contra los elementos perversos vendidos a la revancha por no haber imputado a ETA en lo del 11M. Y dale con ETA y el 11M. No se enteran estos memos de El País, que eso no se lleva, que los conspiranoicos lo que propugnamos es la teoría de que no fue ni ETA ni Al Qaeda, como bien ha quedado demostrado en la sentencia y queremos saber quien puso las pruebas falsas y quien fue la mente pensante y organizadora de la masacre no juzgada en el juicio y que anda por ahí vaya usted a saber donde.

Estos súper expertos machacadores de jueces de El País se rasgan las vestiduras a la par que ejercen de plañideras venidas a menos y acusan a los únicos que han estado investigando qué paso el 11M, porque a todos nos duele que nos enseñen nuestras vergüenzas. No soy experto en el tema y no voy inventariar las decenas y decenas de meteduras de pata del juez del Olmo en el sumario, por llamarlas así, pero El País se bate el cobre por el juez y dice:

Un partido político -el PP-, un periódico -El Mundo-, una emisora de radio -la COPE-, un canal de televisión -Telemadrid-, un portal de Internet -Libertad Digital- y una oscura asociación de ultraderecha que hacía de guionista de los anteriores -los Peones Negros- iniciaron una campaña de desprestigio brutal hacia el juez y los investigadores

Tiene bemoles el que los propaladores de la gran mentira del 11M esa de los terroristas suicidas adobados de gallumbos de diseño, los agitadores que llevaron a miles de personas a manifestarse no muy pacíficamente delante de las sedes del PP el día de reflexión del 11M, los que ejercen el arte más torticero conocido para desprestigiar jueces, nos vengan con moralinas de parvulario.

Yo hace tiempo ya dije que pertenezco a la plataforma cívica Peones Negros, yo según El País ya sé que soy un enemigo de la ciencia de la extrema derecha más extrema, un antidemócrata y no se cuantas cosas más, pero hoy soy feliz, porque ya sé algo más de mi, soy miembro de una oscura asociación de la ultraderecha. ¡Caspita! y yo creído que no era nadie,  pues nada, aquí un oscuro asociado a la ultraderecha le dice a los de El País que es muy tarde para ellos y no les sirve de mucho ponerse pieles de cordero, las fauces lobunas no saben camuflarlas.

Estos chicos, hijos directos de un Polanco y un Cebrián que se pasaron años chupando de la teta de la dictadura franquista se han arrogado el derecho divino de dar etiquetas políticas a todo el mundo. Ellos son miembros de un oscuro contubernio mediático especializado en sangrar dineros de prebendas otorgadas por el poder en agradecimiento a sus perversidades mediáticas, y vale ya. Así que toda estigmatización que de ellos venga siempre será un orgullo lucirla porque algo bueno habremos hecho los Peones Negros como para merecer un varapalo de El País. Gracias hijos del dios laico Polanco.

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