Blogia
Sahumerios y arrebatos

Zapatero quiere ser como Aznar.

Puede parecer extraño, y a mi me lo parece, que Zapatero tenga como objetivo casi único en su vida el parecerse a Aznar e intentar superarlo, pero la realidad es que continuamente nos lo pone como su referencia, como su justificación, como ejemplo, como diana de sus anatemas, como objetivo de sus odios y como figura a la que recurrir en todos sus malos momentos para que le salve de sus sinrazones apelando a la razón de que Aznar lo hizo antes.

¿Alguien se cree capaz de contar las veces que Zapatero ha apelado a las actuaciones de Aznar para justificar las suyas?, son incontables. Si Zapatero dice que intentará conseguir la paz con todos los medios que tenga a su alcance y se le reprocha tamaña felonía dicha tras el doble asesinato de ETA, pronto sus documentalistas van raudos al ordenador donde tienen digitalizadas todas las palabras públicas, privadas y musitadas de Aznar para buscar cuándo dijo Aznar algo similar. Conseguida la cita, Zapatero no tarda en decir que Aznar dijo lo mismo. Da igual el contexto, dan igual que los antecedentes sean distintos, da igual todo, si Aznar lo dijo a Zapatero le vale para dormir esa noche tranquilo.

No voy a analizar esa extraña relación de emulación cargada de amor odio tan frecuente en la literatura, incluso médica, solo quiero comentar algo que me ha venido a las mientes estando pensando sobre ambos prohombres y que me ha hecho comprender por fin los motivos de Zapatero para intentar continuar en el poder por los medios que sean, incluso pactando con ETA, incluso haciendo el caldo gordo a todos los nacionalismos habidos y por haber, incluso cargándose este país si preciso fuese.

Queda claro que Zapatero envidia a Aznar, pero cuando me puse a pensar qué es lo que más debía envidiar de su antecesor en el cargo se me hizo la luz como un trallazo de fotones compulsivos y vi por fin su realidad, la de Zapatero.

Sabemos también que Zapatero es un buen padre que se desvive por sus hijos y que por ellos hace y hará lo que este en su mano y en la de los demás.

Con estos antecedentes es evidente que Zapatero no puede desear para su hija menos de lo que tuvo la hija de Aznar, y ello es una boda por todo lo alto, de las de postín, cargada de fastuosidad y boato en El Escorial a la que asistan los que más mandan en este país, Polanco, el Rey, y resto de autoridades, y del extranjero jefes de estado, de gobierno y para su mayor satisfacción todos los ex presidentes de Estados Unidos menos Bush al que no invitará. Ah y el gremio de actores, actrices y demás faranduleros amantes de la subvención y la pancarta al completo, no como en el caso de Aznar que fueron 4 contados. Y todo esto no por aparentar sino persiguiendo un objetivo que hará caérsele la baba a toda la progresía, la socialización del boato.

Solo hay un problemilla, que a la hija de Zapatero aun le faltan unos años para llegar a la edad de merecer y casarse, así que este hombre no tiene más remedio, si quiere ver su sueño hecho realidad y darle de paso en los morros a Aznar con el boato socializado, que mantenerse en el poder hasta que llegue la ansiada fecha.

Así pues queda meridianamente claro que Zapatero no hace lo que hace para conservar el poder solo por ansia de poder, lo hace por amor de padre, que su amor como esposo hacia su esposa nos lo ha demostrado con hechos y con aviones la mar de románticos ya.

Zapatero soy padre de dos hijas casaderas y ahora por fin te comprendo y tanto que te prometo no volver a hablar mal de ti nunca más los domingos

0 comentarios