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Sahumerios y arrebatos

Diez mil aldabonazos mortales.

El efecto llamada originado por la política de inmigración de ese gobierno, y también del anterior, se ha convertido en el efecto deletéreo. El Confidencial Digital publica una estimación realizada por las Naciones Unidas sobre la cifra de fallecidos en las travesías del Atlántico hacia Canarias de los cayucos saharianos y subsaharianos. Diez mil naufragados y muertos en aquellas aguas.

Es una tragedia silenciada, una autentica hecatombe que no queremos ver. Dicen que los pescadores de aquella zona encuentran frecuentemente la prueba de esta debacle humanitaria, muchos cadáveres aparecen en sus redes, pero no dan aviso para que interfiera en su trabajo de pesca.

Son diez mil terribles llamadas de atención que nadie atiende. La desidia, dejadez, pasotismo e ineptitud de nuestras autoridades a la hora de tomar eficaces medidas que  palien esta horrenda mortandad es infinita. Como en tantas otras cosas que ocurren en este país la única medida eficaz que son capaces de tomar es la de ocultar la realidad no sea que alguien les pida responsabilidades no por acción sino por omisión.

Y no vale decir que todo está originado por la situación de miseria de aquellas gentes en aquellas zonas, porque esa situación existía desde hace ya décadas y también había cayucos, y Canarias estaba donde esta ahora, pero no se hacían travesías mortales. ¿por qué ahora se hacen a cientos?, seguramente porque se ha corrido la voz de que basta con llegar a Canarias para que te lleven en avión a la Europa continental en lugar de devolverte al Africa.

Diez mil tragedias al parecer no son suficientes para mover a nuestro gobierno a tomar medidas que no sean solo llenar el cazo de las autoridades subsaharianas.

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