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Sahumerios y arrebatos

El País cual meretriz escandalizada por la lascivia ajena.

Ya sabíamos que la progresía tenía asumido el dogma en el que se resumen todos sus dogmas, el que dice que “Tenemos derecho a todo lo que decidamos tener derecho porque somos progres, y la derecha no tiene derecho a nada y menos a existir o gobernar porque no solo no son progres sino que son fachas”. Como no podía ser menos, el referente ideológico de la progresía, el diario El País aplica ese dogma de manera habitual y hoy lo hace de una forma prodigiosa por su sinvergonzonería.

Con el admonitorio titular de “Madrid no lo merece, el editorial de El País nos da un ejemplo de descarada solemnidad diciendo que lo que ellos hacen no se le consiente a los demás que no son de su cuerda ni de su hebra y menos de su rebaño.

Como no, el editorial es un desagravio al tipo aquel que nos insulto a todos con lo de puta España y demás lindezas en una televisión catalana. El País critica a quienes protestan e intentan impedir la entrada en su casa municipal a quien les ha insultado gravemente y que cuando ha ido a disculparse ha mentido queriendo tomarnos por imbéciles intentando esconder la mano tras García Lorca, el tótem histórico que todo lo justifica.

El talante de los madrileños y el derecho a la libertad de expresión, reconocido como derecho fundamental por la Constitución, no casan con la retirada de cartel, por la mera presión en la calle y de ciertos medios de comunicación, de una obra que no es en sí misma ningún despropósito privado y ha recibido muy buena crítica allí donde ya se ha presentado.

Primero le dora la píldora a los madrileños, hablando de su talante y del derecho a la libertad de expresión del calumniador de los españoles, el tal Rubianes, pero niega a continuación el mismo derecho a quienes dicen que no es admisible admitir en la casa de todos a quien se ha hartado de insultarlos. Digno ejemplo de respeto a libertad de expresión a la que como siempre solo tienen derecho los progres, digan las bestialidades que digan.

“Su autor y director, Pepe Rubianes, realizó hace más de medio año en TV-3 unas declaraciones ciertamente inoportunas y rechazables, pero luego ha presentado sus excusas, la televisión que las emitió también lo hizo y el organismo de vigilancia catalán las criticó. Si hay algo más que dilucidar, ahí están las instituciones de la democracia, incluidos los tribunales. Retirar una obra ya programada ante una presión coactiva es un pésimo antecedente y un síntoma de regresión política. Es alarmante que se llegue a apelar a la Constitución para avalar una deriva tan populista y antidemocrática, que condena a un ciudadano de forma indeterminada, por plazos desconocidos y con motivo de una afrenta que nadie ha juzgado. Hasta tal punto ha llegado la confusión y la manipulación.”

Sin comentarios, salvo este, soy libre de no ir jamás en mi vida a ver una obra del tal Rubianes ni del tal Almodóvar, y soy libre de explicar a los cuatro vientos el porque no voy, a las del Rubianes porque no voy a engordar el bolsillo de un deslenguado que me ha agraviado y no se ha disculpado, sino que me ha tomado por tonto en su teórica disculpa, y a las del tal Almodóvar porque colaboró en un golpe de estado mediático con aquello de que el PP había intentado anular las elecciones, o algo similar.

Y no voy porque no me da la gana, y es mi derecho. Y con esto no discuto las bondades intrínsecas de las obras de ambos lumbreras progres, pero que quieren que les diga, no verán ni un euro mío, solo faltaría eso.

El diario hermano de la emisora que convocó en jornada de reflexión a las tropas progres a cercar las sedes del PP espontáneamente hace como aquella meretriz que ponía el grito en el cielo criticando la lascivia de una vecina que se las tenia con un viajante de comercio.

“La retirada de la obra ha sido decidida sobre el papel por el propio Rubianes, ante las amenazas recibidas y la convocatoria de manifestaciones de protesta, jaleadas desde la emisora de los obispos y otros medios afines”

Son tan golfos que acusan a quienes ejercen, como ellos dicen, su derecho a la libertad de expresión, de jalear amenazas. Yo le ponía una demanda tipo querella o querella tipo demanda o como se diga por acusarme de un delito.

Y el tal Rubianes es un cobarde de tomo y lomo, como suele ocurrir en los de su cuerda, es un hábito. Quienes dan una conferencia o un mitin en Cataluña y saben que van a ser boicoteados y amenazados incluso agredidos, la dan.

 

Como tengo alma de buen samaritano quiero informar al tal Rubianes de que en el Carrefour hay una oferta de papel higiénico.

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