El mejor lugar para tener un infarto es Barcelona.

Yo que soy cliente de estos especialistas, he leído la noticia y me he asustado, ni más ni menos que 30.000 cardiólogos se reúnen en Barcelona en el Congreso mundial de Cardiología. Me he preguntado que si me da otra vez un patatús qué tendría que hacer, y he decidido dejar por escrito que si me pasa me lleven a Barcelona.

La prensa del corazón seguro estará ausente, cuando debería formar parte del evento por méritos propios. Se imaginan el reportaje de El Tomate entrevistando a un famoso cardiólogo y preguntándole si es verdad que la chica con la que fue pillado comiendo en un famoso restaurante es la mujer del multimillonario fulanito que recientemente sufrió un infarto.

Lo dicho, la seguridad social debería sufragarnos a los que somos clientes preferenciales de los cardiólogos la asistencia al congreso porque durante unos días y con semejante asistencia no habrá mejor lugar en el mundo para tener un bonito infarto.

Yo personalmente sueño con la siguiente escena. Estoy dando vueltas por la sede del Congreso, me da el síncope, alguien lanza la famosa llamada de alarma, ¿hay algún médico aquí?, y en segundos me veo rodeado por 30.000 especialistas dándose codazos para participar en la escena. Sería genial.