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Sahumerios y arrebatos

Los dispendios románticos de Zapatero los pagamos entre todos.

El viaje de Zapatero a Berlín para oír cantar a su esposa, (parienta para currantes de menor nivel) es una muestra fehaciente de su amor y de su romanticismo. Es muy fácil demostrar que es una prueba de romanticismo porque aunque no tenga referencias detalladas de las habilidades cantoras de Sonsoles  puedo afirmar que la consorte de Zapatero no es la Callas ni siquiera una nueva Caballé. Sabiendo lo que le cuesta a Zapatero eso de los viajes, el pillar un avión, salir disparado hacia Berlín, escuchar arrobado a su esposa, voz de coro, saludarla, darle un beso, volver a pillar el avión y vuelta a la Moncloa no me dirán que no es una muestra evidente de romanticismo.

¿Cuántas mujeres no sueñan con que sus maridos tengan un detallazo semejante?

Es famosa la anécdota de Onasis que era capaz de mandar un avión de los grandes de Grecia a Paris y vuelta para traerle a su amor, la viuda de Kennedy, un frasco de perfume porque el suyo se le había agotado. Eso es romanticismo y también una prueba de amor. Zapatero y Onasis se parecen mucho en este aspecto, usan de grandes aviones para pasear por los aires su gran amor, solo hay una salvedad, las alharacas aéreas de Onasis se las pagaba el naviero de su bolsillo, las de Zapatero, el pacificador enamorado, las paga Zapatero, si, pero de nuestro bolsillo.

En mi tierra le dirían, Zapatero con una buena aeronave de gratis bien se puede hacer uno el romántico.

El amor de Zapatero por Sonsoles  sufragado con fondos públicos en sus manifestaciones más aparatosas nos va a costar un riñón.

Que Sonsoles quiere aprender a bucear, pues Zapatero chasquea los dedos y pone a su disposición una piscina para ella sola. Eso es amor, solo que la piscina es de un centro de la Guardia Civil de la que expulsan a sus usuarios habituales para que Sonsoles suspire por su José Luis bajo el agua.

Que Sonsoles dice que la residencia veraniega de Canarias en la que van a pasar sus vacaciones necesita unos retoques para que el amor se manifieste sin cortapisas, pues se invierten las decenas de miles de euros de dineros públicos que hagan falta para que la pareja sea feliz.

Que la niña de los Zapatero va a Inglaterra a estudiar inglés, se pilla el gran avión de la fuerza aérea y toda la familia a Londres a comprar de paso en Harrods. Eso es amor.

Que Sonosoles quiere poner en practica sus habilidades de buceadora en la mar canaria, se le pone a disposición todos los medios disponibles en la mar de Lanzarote para su protección y seguridad dejando que mientras los cayucos naveguen sin problemas o con problemas.

A este paso voy a echar de menos unas cuantas peleas en ese matrimonio, sería un ahorro que daría para mucho, incluso para solucionar los casos del hundimiento del Carmelo, pues aún hay familias en hoteles. Y porque no quiero ser demagógico versión progre, porque calculen para cuantos litros de leche para los pobres niños que mueren de hambre en el tercer mundo darían los dispendios románticos de Zapatero,

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