La muerte, última discriminación.

Dicen que la muerte iguala, pero no es cierto, en las muertes por accidente o catástrofes naturales, por desgracia ,no es lo mismo morir solo que acompañado.

 

Hace casi 8 años escribí un poema sobre este asunto, aquí debe aplicarse al término poema la definición que le dio mi hijo Javier cuando tenía 7 años: “Papá un poema es eso que se escribe sin terminar los renglones”

 Muerte sin subvención.

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Pedro dormía la siesta,

el infortunio asesino

bajó del cielo a su casa

vestido de rayo tronante.

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Pedro pasó de la siesta

en un instante perverso

al sueño del no retorno

junto a su casa quemada.

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Pedro tuvo un funeral

muy escaso en asistencia,

un cura de rezo veloz,

el llanto de la viuda

sus tres hijos y pocos mas.

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Cuatro quedaron sin techo

mendigando un tejado,

sin ropas y sin enseres,

allá quedaron los cuatro

llorando su desamparo.

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Seis meses mas tarde.....

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Pablo dormía la siesta,

el infortunio asesino

bajó del monte a su casa

vestido de piedras y lodo.

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Pablo pasó de la siesta

en un instante perverso

al sueño del no retorno

junto a su casa arrasada.

.

Pablo tuvo un funeral

abundante en asistencia

tres obispos, treinta curas,

alcaldes y autoridades,

cuatro ministros de España,

cientos y cientos de gentes,

y el Príncipe de Asturias.

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Telegramas de condolencia

llegaron de altas instancias,

del mismísimo Papa de Roma,

del autentico Rey de España,

del presidente de Francia,

y cientos mas que no recuerdo.

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A los familiares de Pablo

les dieron cama de hotel,

comida la necesaria,

a la espera de recibir

una nueva vivienda,

con cargo a fondos perdidos.

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De todas partes de España

recibieron donaciones,

ropas de abrigo y enseres

una pensión oficial,

apoyo de expertos psicólogos

páginas en los periódicos,

horas y horas de radio,

televisión en horas punta.

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Maruja, viuda de Pedro

cada vez que ve a María

la triste viuda de Pablo,

le dice  con cierta envidia:

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"!Ay María¡, a los dos mató

la cruel naturaleza,

que suerte tuviste tú,

que se llevase a tu Pablo

junto a doscientos mas."

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 (Orel. 17 de noviembre de 1.998)