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Sahumerios y arrebatos

La educación, ese caballo de batalla.

La educación, ese caballo de batalla.

(Por Iuka)

Tengo un amigo que se dedica a la enseñanza, da clases en un Instituto y comenta que en sus clases los alumnos de ESO y Bachillerato no sólo no se "sublevan" sino que atienden y aprenden. Otra amiga, profesora en el mismo Instituto, le preguntaba que cómo conseguía ese milagro, porque a ella lo menos malo que le dicen cuando llama la atención a algún alumno díscolo es "déjame en paz". Mi amigo nos confesó entre risas que uno de los primeros días de clase al comienzo del curso, se asomaba a la puerta y cuando veía que en el pasillo no había nadie, salía y simulaba una "bronca" impresionante a un niño inexistente: le chillaba, amenazaba, insultaba... Luego volvía a la clase acalorado y "rumiando" palabras ininteligibles. Sus alumnos, que habían escuchado semejante reprimenda, estaban callados, mirando los libros, y , como dice mi amigo, "acojonaditos", pero reinaba la paz y el orden durante todo el año académico. El que este profesor, con muchos años de experiencia académica, tenga que recurrir a este procedimiento tan aparentemente poco pedagógico es porque en la enseñanza algo falla... Pero hace unos días se aprobó la LOE.

La educación ha sido el caballo de batalla de todos los gobiernos de todos los tiempos en España. Desde la República hasta la actualidad se han propuesto diferentes sistemas educativos en los que los gobernantes de turno, con su particular ideología, visión de las cosas y con su mejor intención han diseñado un sistema de medidas a tomar para mejorar la enseñanza, al parecer con pobres resultados dadas las reiteradas reformas introducidas para tratar de corregir los errores del anterior sistema que, a su vez, había sido puesto en marcha pensando que sería una importante mejora y, naturalmente, haría que los estudiantes obtuvieran una superior preparación.

En cuanto a los contenidos educativos y la sistemática de aplicación de los mismos a los alumnos, las variaciones han sido tantas y tan distintas que posiblemente no hay país del mundo que nos iguale. Actualmente ya vamos por la sexta reforma desde el  inicio de la democracia (y no será la última).

Los resultados de tanto plan de estudios están a la vista. Generaciones de jóvenes semianalfabetos en muchísimas materias de contenido humanístico (historia, filosofía y literatura, sobre todo), falta de conocimientos mínimos de Geografía, pobreza absoluta en el lenguaje, etc. Pero, además de esto, ya de por sí grave, se observa una parte importante de la juventud en la que la falta de disciplina y de autoridad por parte de los profesores, conduce a un "pasotismo" y a una falta de respuesta adecuada en situaciones que exigen responsabilidad. La maduración psico-social se retrasa y el llamado "síndrome de Peter Pan" (miedo y negativa a ser mayor, a crecer) se generaliza. Pero no sólo es la falta de disciplina, que nadie se atreve a imponer en las aulas, sino que el propio hedonismo que facilita el alto nivel de vida que disfrutamos y la sociedad de consumo en el que está inmerso el niño, hace que el resultado final sea una juventud a la que algunos políticos han calificado como "la mejor preparada de la historia" pero que la realidad nos dice que en muchísimos aspectos (fuera de los puramente tecnológicos como informática o electrónica, o la culturilla que proporciona la facilidad de los viajes baratos que antes no existían), deja mucho que desear.

En la base del problema del fracaso de la enseñanza, en mi opinión y entre otras razones, está el pretender aplicar criterios "democráticos" (todos somos iguales en la escuela, el tuteo como antesala de la falta de respeto, la disciplina como elemento de dudosa ética por sus connotaciones dictatoriales, el descrédito del esfuerzo personal y el afán de superación como signo de "imposición" sobre los demás, como factor de privilegio, etc.) a algo que como la enseñanza, en cualquiera de sus niveles, nunca podrá ser democrática o igualitaria: siempre hay uno que enseña y otro que aprende, uno que da y otro que recibe, uno que ordena y otro que obedece. De la perversión de este principio tan elemental vienen la mayoría de los males que aqueja nuestra enseñanza.

Por otro lado, y salvando todas las diferencias que pueda haber entre distintos países de Europa de ámbitos socio-culturales y económicos parecidos, deberíamos simplemente "copiar" los sistemas que han demostrado su eficacia con resultados extraordinariamente positivos para la juventud de esos países y dejarse de "inventar la pólvora" cuando parece que ya está inventada.

Creo que entre "la letra con sangre entra" y el derecho a la huelga y la no asistencia a clase, debe de haber un término medio, un punto de equilibrio que, por  lo visto, es muy difícil de encontrar. Iuka

2 comentarios

Anónimo -

Respecto al tema de la enseñanza no tengo un criterio formado porque desde que deje el ramo de la enseñanza, allá por el año 83.

Pero si se algo, el mal de la actual enseñanza empezó cuando nos quitaron al maestro. Yo tuve un maestro, Don Jesus, recuerdo que a pesar de haberme dado clase solo de los 6 a los 10 años, muchos años despues, aun iba a mi pueblo de la infancia solo y unicamente por saludarle.

yo tuve un maestro, mis hijos no lo han tenido, han tenido funcionarios con extraños nombres como Profesor de Educación General Básica.

Ah, Don Jesus empleaba la violencia fisica, como se dice ahora con nosotros, con una vara fina de granado, nos daba en la comisura superior de la oreja, y aun asi no he podido olvidar a mi maestro, y con esto no reivindico la violencia de genero magistral.

Orel

Diohenes -

Querida Iuka,

Estoy y no estoy de acuerdo contigo...

Vamos por partes:

1) Estoy de acuerdo que se ha perdido el respeto al profesorado... Lo del pasotismo, lo del desarrollo psicoemocional... Pero ello también va en la capacidad docente del profesorado. Actualmente hay mucho licenciado que termina su carrera y echa su oposición para \"pillar\" una plaza de funcionario, pero sus capacidades docentes dejan mucho que desear, así como sus actitudes hacia los alumnos. No es mi intento disculpar al alumnado de esta situación de pasotismo y libertinaje, sino más bien aportar otro punto de vista, y con esto paso a mi segunda parte.

2) La educación moral o psico-emocional del alumno, del niño o niña en cuestión, no debe de recaer en el profesor, el profesor puede facilitar esta, vale, pero su función es dar enseñar una seríe de conocimientos. La \"otra educación\" recae en los padres... si, esos padres que no tienen tiempo para dedicar a sus hijos un poco de ética, moral y demás...

La culpa no fué del chá chá chá, sino de esta sociedad en la que vivimos, tan tan moderna, consumista y demás... No le echemos la culpa al sistema o al gobierno de turno, todos tenemos nuestro granito de culpa...

Un saludo.